¿QUÉ HACIA LA GENTE EN LA EDAD MEDIA PARA DIVERTIRSE?
¿CÓMO CREES QUE PASABA EL TIEMPO DE OCIO LA GENTE DE ESTA ÉPOCA?
UNO DE LOS PRINCIPALES PASATIEMPOS ERA EL AJEDREZ, EL
JUEGO DE BACKGAMMON, EL ZORRO Y LAS GALLINAS, EL JUEGO DE LOS DADOS, ENTRE
OTROS.
¿TE ATREVES A PROBAR ALGUNO DE ESTOS JUEGOS? ¿QUÉ TAL
SI EMPEZAMOS POR EL DE LOS DADOS? BUSCA UNOS DADOS Y ALGUIEN CON QUIEN
COMPARTIR LA PARTIDA, CADA JUGADOR LANZA EL DADO POR TURNOS ¿QUIÉN OBTIENE EL
RESULTADO MÁS ALTO?, ¿QUÉ PASA SI SUMAMOS LOS DOS RESULTADOS?. PUEDES HACER
TODAS LAS VARIANTES QUE TÚ QUIERAS.
ACOMPAÑAMOS ESTE JUEGO CON LA FICHITA CORRESPONDIENTE
DEL PROYECTO LOS CASTILLOS, PODEMOS ESCRIBIR ADEMÁS LAS FRASES
QUE DESCRIBAN A QUE JUEGA CADA UNO.
ADEMÁS PENSAREMOS COMO NOS DIVERTIMOS AHORA EN
COMPARACIÓN CON NUESTROS ANTEPASADOS. ¿CUÁL ES TU JUEGO FAVORITO? PUEDES
REPRESENTARLO COMO TÚ QUIERAS Y ESCRIBIR EN QUE CONSISTE.
ADEMÁS TE PROPONGO QUE LEAS ESTE CUENTO TAN CHULO
EL LEÓN Y
EL RATÓN
ÉRASE UNA VEZ UN LEÓN QUE VIVÍA EN LA SABANA. ALLÍ
TRANSCURRÍAN SUS DÍAS, TRANQUILOS Y ABURRIDOS. EL SOL CALENTABA TAN
INTENSAMENTE, QUE CASI TODAS LAS TARDES, DESPUÉS DE COMER, AL LEÓN LE ENTRABA
UN SOPOR TREMENDO Y SE ECHABA UNA SIESTA DE AL MENOS DOS HORAS.
UN DÍA COMO OTRO CUALQUIERA ESTABA EL MAJESTUOSO
ANIMAL TUMBADO PLÁCIDAMENTE JUNTO A UN ARBUSTO. UN RATONCILLO DE CAMPO QUE
PASABA POR ALLÍ, SE LE SUBIÓ ENCIMA Y EMPEZÓ A DAR SALTITOS SOBRE SU
CABEZA Y A JUGUETEAR CON SU GRAN COLA. EL LEÓN, QUE SINTIÓ EL COSQUILLEO DE LAS
PATITAS DEL ROEDOR, SE DESPERTÓ. PILLÓ AL RATÓN DESPREVENIDO Y DE UN ZARPAZO,
LE APRISIONÓ SIN QUE EL ANIMALILLO PUDIERA NI MOVERSE.
– ¿CÓMO TE ATREVES A MOLESTARME? – RUGIÓ EL LEÓN ENFADADO
– SOY EL REY DE LOS ANIMALES Y A MÍ NADIE ME FASTIDIA MIENTRAS DESCANSO.
– ¡LO SIENTO, SEÑOR! – DIJO EL RATÓN CON UN VOCECILLA
CASI INAUDIBLE – NO ERA MI INTENCIÓN IMPORTUNARLE. SÓLO ESTABA DIVIRTIÉNDOME UN
RATO.
– ¿Y TE PARECE QUE ESAS SON FORMAS DE DIVERTIRSE? –
CONTESTÓ EL LEÓN CADA VEZ MÁS INDIGNADO – ¡VOY A DARTE TU MERECIDO!
– ¡NO, POR FAVOR! – SUPLICÓ EL RATONCILLO MIENTRAS
INTENTABA ZAFARSE DE LA PESADA PATA DEL LEÓN – DÉJEME IR. LE PROMETO QUE NO
VOLVERÁ A SUCEDER. PERMITA QUE ME VAYA A MI CASA Y QUIZÁ ALGÚN DÍA PUEDA
AGRADECÉRSELO.
– ¿TU? ¿UN INSIGNIFICANTE RATÓN? NO VEO QUÉ PUEDES
HACER POR MÍ.
– ¡POR FAVOR, PERDÓNEME! – DIJO EL RATÓN, QUE LLORABA
DESESPERADO.
AL VER SUS LÁGRIMAS, EL LEÓN SE CONMOVIÓ Y LIBERÓ AL
ROEDOR DE SU CASTIGO, NO SIN ANTES ADVERTIRLE QUE NO VOLVIERA POR ALLÍ.
POCOS DÍAS DESPUÉS, PASEABA EL LEÓN POR SUS DOMINIOS
CUANDO CAYÓ PRESO DE UNA TRAMPA QUE HABÍAN ESCONDIDO ENTRE LA MALEZA UNOS
CAZADORES. EL POBRE SE QUEDÓ ENREDADO EN UNA MARAÑA DE CUERDAS DE LA QUE NO
PODÍA ESCAPAR. ATEMORIZADO, EMPEZÓ A PEDIR AYUDA. SUS RUGIDOS SE OYERON A
KILÓMETROS A LA REDONDA Y LLEGARON A OÍDOS DEL RATONCILLO, QUE RECONOCIÓ LA VOZ
DEL LEÓN. SIN DUDARLO SALIÓ CORRIENDO EN SU AUXILIO. CUANDO LLEGÓ SE ENCONTRÓ
AL LEÓN EXHAUSTO DE TANTO GRITAR.
– ¡VENGO A AYUDARLE, AMIGO! – LE SUSURRÓ.
– YA TE DIJE QUE ALGUIEN COMO TÚ, PEQUEÑO Y DÉBIL,
JAMÁS PODRÁ HACER ALGO POR MÍ – RESPONDIÓ EL LEÓN APRISIONADO Y YA CASI SIN
FUERZAS.
– ¡NO ESTÉ TAN SEGURO! NO SE MUEVA QUE YO ME ENCARGO
DE TODO.
EL RATÓN AFILÓ SUS DIENTECILLOS CON UN PALO Y MUY
DECIDIDO, COMENZÓ A ROER LA CUERDA QUE LE TENÍA INMOVILIZADO. TRAS UN BUEN
RATO, LA CUERDA SE ROMPIÓ Y LEÓN QUEDÓ LIBRE.
– ¡MUCHAS GRACIAS, RATÓN! – SONRIÓ EL LEÓN AGRADECIDO
– ME HAS SALVADO LA VIDA. AHORA ENTIENDO QUE NADIE ES MENOS QUE NADIE Y QUE
CUANDO UNO SE PORTA BIEN CON LOS DEMÁS, TIENE SU RECOMPENSA.
SE FUNDIERON EN UN ABRAZO Y A PARTIR DE ENTONCES, EL
LEÓN DEJÓ QUE EL RATONCILLO TREPARA SOBRE SU LOMO SIEMPRE QUE QUISIERA.
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¿QUÉ SUCEDIÓ CUANDO EL RATÓN SE TOPÓ CON EL
LEÓN?
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¿CÓMO REACCIONÓ EL LEÓN?
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¿Y MÁS TARDE, QUE LE PASO AL LEÓN? ¿QUIÉN LE
AYUDO?
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¿CÓMO TERMINA LA HISTORIA?
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¿QUÉ HAS APRENDIDO DE ESTA HISTORIA?
¡¡¡QUÉ TENGÁIS UN FELIZ MIÉRCOLES!!!
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